24 de mayo de 2013

Breves historias de un paréntesis: Diminuta, diminuta.


Diez dedos en línea recta sobre vetas irregulares. Eso veo. Eso miro. 
Un hilo de luz tiñe de azafrán todo lo que roza a su paso. Es lo que me despierta y, al fin, levanta mi mirada, alejándola del suelo y dirigiéndola hacia el mar. Sé que habita tras la cortina, lo escucho. ¿Se esconde él de mi o yo de él? Al tiempo que desdoblo mis rodillas, extiendo un brazo para acabar con mi refugio de un tirón, que lo lía en el techo. Ahí está, nocturno, plateado, en calma, queriendo susurrar en vez de rugir, que aún es temprano y todos duermen. 
Lo miro de frente con la humildad de quien se sabe inferior y, justo antes de darle los buenos días, advierto que no estamos solos: dos cenefas, una más violácea que la otra azul oscura, casi invisible a unos ojos que buscan desvelarse, tan inmensas que menguo. Aún más. Me convierto en un diminuto insecto que todo lo ve, no me creo mi fortuna, tanta suerte por ver pasar a mi lado a una pareja de cangrejos gigantes, negros como la roca que pisan; por palpar la espuma que empapa mi insignificante cuerpo con cierta brusquedad; por esas gaviotas mudas alternando entre las nubes que desde aquí abajo semejan revoltosos mosquitos...
Oh, he perdido la noción del tiempo, la marea sube, no se detiene, me alcanza... Una masa de agua inmensa está a punto de arrollarme, lo se, la veo aproximarse desde el horizonte con elegante velocidad. Visualizo mi futuro inmediato... 

Cierro lo ojos.
Relajo todos los músculos. 
 Asumo mi destino.



Como siempre, muchas gracias por leer y por vuestros comentarios de apoyo. Breves historias de un paréntesis es una nueva serie que comencé hace unas semanas, decidiéndome a compartir por fin algunas de las historias que escribo en mi cuaderno, y que narran momentos sencillos de este inciso geográfico que estamos viviendo durante unos meses. Podéis leer el resto de relatos cortos que he publicado aquí


(Fotos de una tarde habitual: las olas rompiendo bruscamente contra el cada vez más pequeño y destrozado dique)

2 comentarios:

  1. Muy bonito, no se por que me tranquiliza leerte. Será por tu espirutu yogui-medicinal. Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oooh, espíritu yogui-medicinal? Tú crees? :) Tremendo piropo!! Mil besos para ti.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...