Problema: Teo adora las chuches y desde que probó la primera, no hace tanto, sueña con ellas a diario.
Pero al pobre le ha tocado una madre vegetariana, yoguini, todo lo eco-consumidora posible y antiquímica (salvo en caso extremo) a la que no le hace mucha gracia que su retoño coma veteasaberquéllevanesasbolitas variadas de colores brillantes con cierta frecuencia- abuelos y nuevos amiguitos mediante-.
Solución: ponerme el delantal y hacerle chuches caseras. No me tuve que estrujar mucho el cerebro, como se puede apreciar.
No se porqué, pero supuse que incluso ayudándome en el proceso de elaboración- y encantado de hacerlo- él sabría que aquel invento de mami nunca sabría tan delicioso como las pequeñas bolas químicas adictivas que vende el amable señor del kiosco de la esquina. Así que, para darle un golpe de efecto, se me ocurrió hacer unas chuches gigantes en forma de guitarra, el instrumento preferido de Teo. (Nota: entre los dos, damos unos conciertos de
air guitar dignos de ovación!).
Estas son las primeras y me apeteció compartirlas porque bueno, al margen del nivel de amor particular que le tenga cada uno a lo hecho a mano y más naturalmente posible, son súper fáciles de hacer, convierten en superguay la tarde que empleas en cocinarlas con los peques y están riquísimas. De hecho, Juan es quien más trozos ha comido finalmente. No puede parar!
Material necesario:
. Moldes de silicona.
Las cubiteras de hielo de Ikea, esas de goma de colores para hielos en forma de corazón, estrella o pececitos, son perfectas. Si no tenéis, ni tampoco otros moldes, también se puede verter la mezcla en una bandeja y luego cortarlas del tamaño y forma que se quiera. Yo lo hice, con lo que sobró tras rellenar las guitarras.
Ingredientes:
. 1 sobre de gelatina de sabor
. 2 sobres de gelatina neutra en polvo (yo no encontré en polvo, utilicé en láminas y todo salió bien)
. 200 ml de agua, zumo natural de fruta o leche (yo utilicé zumo de limón ecológico exprimido por las manitas de Teo)
. 300 gr de azúcar
. Un poco más de azúcar para el acabado final
. Aceite de girasol para engrasar los moldes
Instrucciones:
1º Mezclar los ingredientes en un cazo a fuego suave, procurando que no hierva removiendo continuamente, durante aproximadamente diez minutos.
2º Engrasar los moldes con el aceite, con un pincel o con las manos bien limpias, poniendo especial atención a cada recoveco porque si este paso no se hace bien, será imposible desmoldar las chuches una vez frías. También se puede utilizar spray desmoldante aunque, honestamente, se que existe pero nunca lo he usado. El aceite vegetal va de fábula.
3º Verter la mezcla en los moldes con cuidado y dejar reposar a temperatura ambiente durante 12 horas.
4º Desmoldar las chuches y pasarlas por el azúcar (si se quiere; yo sólo pasé una de las guitarras y la mitad de los cuadraditos de la mezcla sobrante. La otra mitad la espolvoreé con la misma medida de azúcar que de sal, y quedaron muy curiosas).
Palabras de Teo: ¿Chuchésss for Tao? Mamaaa, ¿mami?, guitar!!! MMMMMMMMMmmmmmm!
P.D: Éste fue el primer intento. Ahora trato de mejorar la receta hacia más sana utilizando azúcar moreno sin refinar, que es el que consumimos en casa (sí,
ese que parece arena de obra en vez de azúcar). Y voy a probar a hacerlas con leche de soja un día, también con zumo de sandía o melón (mmmmm) y se me ocurre... chuches para mayores, en plan sabores exóticos como aguacate y lima más alguna gotita de licor. Seguiré informando de los progresos que alcance.