10 de febrero de 2012

The beauty in things


Esta semana quiero escribir sobre una de las cosas bellas que tenemos la oportunidad de disfrutar con más frecuencia pero que, sin embargo, nos cuesta hacerlo, incluso nos cuesta ver la oportunidad de hacerlo...

Sabéis la famosa canción Love is in the air? Nunca ha sido una de mis preferidas, pero el título, es de los mejores de la historia de la música. El amor está en el aire, no hay mayor verdad, y no me refiero sólo al amor romántico. El amor es la energía con mayor fuerza y potencial, la que mueve de veras el mundo, la que hace que queramos hacer cosas, la que hace que queramos esforzarnos en algo, la que hace que aprendamos a pedir perdón, la que hace que apreciemos la bondad de un desconocido, la que hace que dejemos todo y empecemos de cero, la que hace que queramos ser mejores, en algo, por algo o por alguien. Nuestro día está lleno de gestos de amor, pero a veces estamos ciegos y tristemente no los vemos, como decía, por causas como la desconfianza, la soledad auto-impuesta, la envidia o el egocentrismo. Todos hemos sido víctimas alguna vez de estas sensaciones que nosotros mismos generamos. Absurdo, ¿no? Pudiendo deleitarnos a diario con el amor recibido, ¿para qué y por qué frenarlo con nuestro invisible baluarte?

Cada día tengo la inmensa suerte de recibir mucho amor, porque lo dejo pasar. Aprendí a hacerlo, supongo que poco a poco, y ver la vida a través de unas gafas en forma de corazón (y no quiero sonar ñoña), me hace sentirme de verdad feliz y tranquila. Simplemente echando la vista atrás nada más que un día, me encuentro con lo siguiente:

Ayer a mediodía llegué a casa tras haber pasado la noche fuera. Yo sola, sin más compañía que un libro y mi inseparable ordenador, dormí en un hotel a 20 km de nuestra casa. Fue un regalo que mi maravillosa-otra-mitad me hizo sin previo aviso. Tras un año cuidando de nuestro bebé sin descanso, consideró que merecía como poco poder dormir una noche del tirón, sin interrupciones y en una cama para mi sola, y tras desayunar junto a un precioso jardín, también un masaje profesional y un baño en una piscina muy especial, caliente y al aire libre. El esfuerzo físico y económico que esto representa, el deseo de mi descanso, la sorpresa... ¿cuánto amor hay ahí? ¿Cuánta suerte tengo? 

En el hotel, también vi amor: el brillo en los ojos de la masajista al contarle mi historia de madre-desde-hace-un-año-con-un-súper-regalo-entre-manos, su satisfacción personal al agradecerle el hacer tan bien su tarea y darle un abrazo por ello (con su permiso, claro). 

Y una vez en casa, tras pasar la tarde entre quehaceres y trabajo, la tan preciosa por dentro como por fuera nanny de Teo y yo charlamos como hacemos cada vez que podemos sobre el arte, las pasiones y el mundo que nos gusta y el que nos gustaría. Y tras un pequeño gesto de nada por mi parte, que fue darle uno pequeño lienzo en blanco que tenía aún plastificado guardado en un armario, para que se lance a pintar sobre él los preciosos dibujos que hace poco ha empezado a dejar salir de su mano, se emociona y tengo la suerte de recibir un abrazo suyo lleno de agradecimiento. El mismo que di yo horas antes a la masajista, ahora vuelve a mi. ¡Qué suerte! 

Sí que está en todas partes, si dejamos que ocurra y hacemos que ocurra. 

Os deseo un fin de semana lleno de amor!



This week I want to write about one of the beautiful things we have the chance to enjoy more frequently but, instead, we are not able to do it, neither to see the chance to do it.

Do you know this famous song 'Love is in the air'? It was never one of my favourites, but the tittle is one of the best in music's history. Love is in the air, there's no a bigger truth, and I don't mean just romantic love. Love is the most powerful energy, it is the one rules the world, the one makes us to want doing things, the one makes us to make effort on something, the one makes us to learn saying sorry, the one makes us to appreciate the good in an unknown person, the one makes us to give up and start over, the one makes us to be better, in something, for something or because someone. Our day is full of love gestures, but sometimes we are totally blind and sadly we can not see them, as I was saying, because the mistrust, the self-imposed lonelyness, the envy or the egocentrism. We all were victims of these sensations we produce by ourselves. It's absurd, right? Being able to delight with love received, why and for what we stop it with our invisible wall?

I have the huge luck of getting lots of love everyday, because I let it come in. I learned to do it, little by little I guess, and watching life through a pair of heart-shaped glasses (and I don't want to sound myself silly), makes me feel really happy and in calm. Looking just one day back, I found this:


Yesterday I got home at noon, after spending the night out. Me on my own, no company, just a book and my beloved laptop, I slept at a hotel 20 km far away our home. It was a surprising gift from my-wonderful-other-half-of-myself. After a year taking care of our baby with no resting at all, he thought I deserved the chance of sleeping all night long with no interruptions and just me on the bed, and after having breakfast next to a beautiful garden, a massage and a swim into a very special pool, an outdoor and very heated one. The physical and economical effort this shows, his desire for me to rest, the surprise... how much love is there in that? How lucky am I?

En el hotel, también vi amor: el brillo en los ojos de la masajista al contarle mi historia de madre-desde-hace-un-año-con-un-súper-regalo-entre-manos, su satisfacción personal al agradecerle el hacer tan bien su tarea y darle un abrazo por ello (con su permiso, claro). 

I also saw love at the hotel: sparkling masseuse's eyes when I told about my motherhood and this great unexpected gift story, and her, feeling proud of herself after I thanked her because she made her job amazingly and I wanted to hug her (allowed of course...)

And once at home again, after a busy afternoon, the so beautiful inside and out Teo's babysitter and I talked as we always do every time we can about art, passions and the world we like and would like. And after I had a teeny gesture (giving a white new canvas I had in a drawer for her to paint the wonderful drawings she recently let out of her hand), she was thrilled and I got a very special thankful hug. The same hug I gave the masseuse a few hours ago, is coming back to me now. Lucky me!

It is everywhere, if we let it happen and if we make it happen.

I wish you all a filled of love weekend!

Don't have the sources of pictures, sorry.

2 comentarios:

  1. No puedo estar mas de acuerdo. Sentir amor nos hace mas fuertes y felices y gastaremos menos en medicinas. Upssss igual me arruino que yo las vendo jijiji.
    Se me olvidaba, os quiero mucho a los tres, Lina de mi corazón!

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  2. Me ha encantado leerlo* Mimar y dejarse mimar!

    Ve a tu correo, sorpresa!!

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