27 de junio de 2012

Just a mum: falling in love / enamorándome


Cuando nace tu bebé, los minutos que siguen son inmenso amor y tranquilidad, sensaciones que se producen desde el preciso instante en que la enfermera te muestra a tu hijo/a por primera vez. Es tanto el amor, de una dimensión tan desconocida, que imaginas que nunca más volverás a sentir algo igual. Eso al menos sentí yo.

Pero estaba equivocada.
Son muchos los momentos que vas a tener la oportunidad de disfrutar junto a tu hijo/a en los que el amor que se genera en tu corazón simplemente con mirarlo, literalmente hace que algunas lágrimas se te escapen y corran por tus mejillas hacia abajo de pura felicidad. Esto es lo que me está ocurriendo con Teo últimamente.

Como os decía ayer, toda esta etapa de descubrimientos y de dejar de ser bebé para convertirse en una persona chiquitita y adorable, me tiene el corazón derretido. Especialmente el momento de dormirse. No se cómo lo hemos conseguido y, sobre todo, cuánto va a durar porque es muy inconstante en cuanto a hábitos se refiere, pero lleva unas cuantas semanas durmiéndose él solito en su cuna, con un poquito de música y su nuevo amigo Keko (Teo adora a Keko, lo conoció en su país de origen, IKEA, y decidió adoptarlo enseguida. Con él comparte su chupete para dormir y también intercambian abrazos. Bueno, debo confesar, que también juegan al Pressing Catch...). Bien, pues mirarlo mientras va quedándose dormido, se ha convertido en mi momento favorito del día. Los pies hacia arriba, hacia abajo, abrazar a Keko, esconder el chupete y encontrarlo, aplaudir su logro, volverlo a esconder, tumbarse hacia abajo, ir cerrando los ojos... hasta dormirse. Desde el borde de la cuna, y sin intervenir, observo con atención cada uno de sus movimientos y llego a emocionarme, como anoche, que no pude aguantar ni la risa (cuando se aplaudía a sí mismo por encontrar el chupete que él mismo había escondido bajo su muslito), ni las lágrimas por lo increíblemente hermoso que puede llegar a ser convertirse en mamá.


P.D: Estas fotos las tomé en casa de mis padres, la cuna es de Teo pero la sábana de Los Osos Amorosos es de cuando yo era niña, mi sábana favorita y la única que recuerdo. Adoro verlo dormir sobre ella...

Foto del título: unos cinco minutos después de que Teo naciera.


When your baby is born, the following minutes are full of immense deep love and peace, sensations that occur from the very moment that the nurse shows your son or daughter for the first time. This love is so big and so unknown, you imagine you'll never feel anything like it again. At least, I felt so.


But I was wrong. The thing is that it's going to be plenty of times for you to have the chance to enjoy with your son or daughter, and the love is going to happen in your heart, just by looking at him or her, literally will bring tears to your eyes and will run your cheeks down because just pure happiness. This is what is happening to me lately about Teo.


As I said yesterday, this whole stage of discovery and stopping from being a baby to become a tiny lovely person, makes my heart melted. Especially when bedtime. Don't know how we did it and, especially, how long it will last because he is very voluble in terms of habits are concerned, but a few weeks ago, he started falling asleep in his crib by himself, just with a little bit of music and his new friend Keko (Teo loves Keko, met him in his home country, IKEA, and decided to adopt him right away. He shares with him his pacifier to sleep and exchanged hugs. Well, I must confess, that they also wrestle as two little Hulk Hogans...). Well, looking at him while falling asleep is my new favorite time of day. Feet up, down, hugging Keko, hiding and finding the pacifier, applauding his achievement, hiding again, lying down, closing his eyes slowly... and finally, falling asleep. From the edge of the crib, without intervention, I carefully watch each of his moves and I get thrilled, like last night, I couldn't help laughing (when clapping to himself for finding a pacifier that HE had hidden under his thigh), nor weeping, because of how incredibly beautiful becoming a mom can be.

P.S. Snapped these photos in my parents' home, the crib is Teo's but the Care Bears sheet is from when I was little, my favorite sheet and the only one I remember. I love watching him sleep on it ...


Top snapshot: five minutes later Teo was born.

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