27 de noviembre de 2012

Los anillos que unen y reúnen


Ya os he contado que Juan y yo no estamos casados. Por eso no llevamos alianzas en nuestros dedos. Bien pensado, hoy en día eso tampoco sería impedimento para lucirlos en caso de querer. Pero últimamente he pensado mucho en esto. No se cómo ni porqué pero repentinamente varias de mis amigas más cercanas (no casadas) están experimentando la necesidad de llevar un anillo, regalo de su pareja se entiende, aunque no sienten la necesidad de firmar ningún papel que las comprometa con ellos, sin embargo.

Esto es muy curioso. ¿Qué está pasando entonces? Nuestra situación como mujeres hoy es completamente diferente a la que vivieron nuestras madres. No tan diferente como nos quiere hacer creer la sociedad (eso lo dejamos para otro día que es otro asunto, y muy largo por cierto), pero diferente. Muchos factores juegan papel importante en cuanto a las necesidades que cada persona siente respecto al compromiso, el deseo de formar una familia, la fidelidad y el amor correspondido: la edad, la otra persona, la familia en la que te has criado, tus amigos y sus vidas de pareja, e incluso el número y calidad de películas de amor que hayas visto hasta el momento. Cuando eres joven, como ya mencioné antes, todo es drama. Si una amistad de dos días es para siempre, ni decir el amor de tu vida-es-que-jo-somos-iguales que conociste hace dos semanas. Lo que vimos en nuestras casas mientras pasábamos de niños a adolescentes también condiciona. Unos padres enamorados y cariñosos pueden hacernos creer en la existencia del amor verdadero -y duradero-; un divorcio mal llevado o uno que tarda demasiado en llegar, puede alejarnos del camino por donde venía andando hacia nosotros nuestra otra mitad o, por el contrario, hacernos buscar desesperadamente en cualquier parte un amor que no sabemos esperar a que llegue cuando le toca. La presión social, que nuestros amigos se emparejen o que sean de los que piensan que estar con alguien es dejar de ser libre, etc, etc... Si unimos todo al hecho de que nuestras futuras parejas traerán un cóctel parecido, la verdad es que ahora pienso que hagamos lo que hagamos, seamos mujeres, hombres, nos casemos o no, somos todos unos valientes porque Anatomía de Grey y Pretty Woman (a pesar de que no hay que perdérselas porque una buena dosis de amor de pantalla rejuvenece cualquier corazón estrujado), ¡cuánto daño han hecho!

Se me ocurre que necesitar un anillo es desear un compromiso, uno que se firma sosegadamente en el corazón del otro, en intimidad a solas los dos. Desearlo frente al matrimonio que nos une mediante papel y lápiz, creo que puede ser un grito mudo a la libertad de elegir vivir un pacto de amor sin aceptar toda la presión social, o quién sabe si, por el contrario, un requisito que ni tan siquiera nosotros mismos sabíamos que nuestro corazón exigiría contradiciendo todas nuestras convicciones conocidas. En EEUU se ha puesto de moda últimamente el fugarse para casarse. Sin decirlo a nadie, la pareja viaja (la mayoría de las veces de un modo bastante original) hasta el lugar donde ambos se juran amor eterno en compañía únicamente de quien oficia el oficio. Que sea una moda significa que se va pluralizando este tipo de bodas, que las familias y amigos lo aceptan y comparten la alegría del nuevo matrimonio cuando son informados a posteriori. 

Una vez oí que el viento sopla con más frecuencia de oeste a este. Entonces es sólo cuestión de tiempo que esta novedad llegue a nuestras orillas. Puede que entonces, liberados de la presión social, se produzcan más bodas y el número de anillos deseados de los que hablaba al principio de estas líneas, disminuya.

¿Pensáis como yo? No todo el mundo adora una gran boda, pero sí la idea de comprometerse con alguien, así que personalmente desearía que hubiera opciones (socialmente aceptadas) para todos. Hay grandes bodas para grandes amores, y también grandes amores para bodas pequeñas. ¿Os gustaría fugaros para casaros? ¿O no os atrae nada la idea de estar solos ese día? ¿Dais importancia a lucir un anillo independientemente de estar casados o no? Me encantaría leer vuestras opiniones al respecto.

Además, tres historias de románticas fugas, por si os apetece leer (en inglés):

. La de Cat y Ash.





5 comentarios:

  1. He leido el post esta mañana pero he querido esperar a escribir en casa por que,realmente me apetecía hacer un comentario con calma y no corriendo como las locas.

    Las parejas tal como se conocian hace unos años han cambiado, ahora hay una gran diversidad de ellas, no casadas, casadas, con hijos , eligiendo no tener hijos, del mismo sexo de diferentes religiones...en fin además de la pareja tradicional casada con hijos y viviendo en la misma ciudad que han crecido ambos, hay otra realidad muy visible.

    En todas ellas se supone amor. Pero es curioso ver como el evolucionar a otros arquetipos de pareja a dejado relegado ciertos "ritos" que marcan una transición.

    Como dice Carol no hace falta un papel eso es un acto público que puede tener perfecta validez.
    Pero lo que expresa el anillo es otra cosa es algo que te dice.."estoy comprometido/a contigo, lo estoy y lo estare" y te lo digo a ti.
    Evidentemente es algo material que en cierta manera trasciende lo privado por que esta en tu mano y la gente lo ve.
    Pero no es para eso ,es para miralo y que te de gustito y no por el valor económico o lo precioso que pueda ser es por que te recuerda que estas ahí para alguién y alguién esta ahí para ti.

    ¿cursi? ¿noño? ¿anticuado?????

    Me da igual creo que a veces vivimos con demasiados prejuicios tontos.
    Parce como que el romanticismo hay que asesinarlo.
    Yo creo que NO, y que hay transiciones que se deben marcar con un signo y dotarlos de importancia
    .Hay que recuperar el contenido de cosas que nos dan momentos de ilusión y para el recuerdo.

    Por eso si quereis un anillo no es tan raro y no sois cursis ..simplemente lo quereis todo, el día a día y la ilusión.

    ResponderEliminar
  2. Primeramente felicitarte por tu blog, no suelo pararme a leer este tipo de temas,probablemente por culpa de mi cromosoma XY, pero me ha gustado la forma de redactar el post.

    En un mundo cada vez mas interconectado y público necesitamos tener grandes secretos. ¿Y que secreto mas intimo y personal que una union entre dos personas? Una boda sin familia ni amigos se podria entender como la union perfecta, solos, expresando que el resto del mundo no es lo importante. Quizas tan importante que no hace falta esa tercera persona que legalice el momento, un anillo, como simbolo en la intimidad, no cualquier anillo, no por su valor, sino el anillo adecuado, en el momento adecuado, cuando las dudas o miedos ya no existan, cuando tus secretos anteriores no destrocen sus ilusiones futuras. Si sabes que no puedes hacer sus sueños realidad es preferible sacrificarte, quedar como el malo, hacer que se aleje y permitir que esos sueños se los pueda ofrecer otra persona. Pero si tenéis los mismo sueños y no existe impedimento insalvables para conseguirlos deberías realizar ese gesto.

    Encontrar el anillo, ese anillo y no cualquier otro entre los miles que puedes encontrar es el anillo con el que ha soñado toda su vida.

    Como la cenicienta del cuento, cada princesa tiene su zapatito de cristal.

    O como diría Tolkien, hay un largo y duro viaje hasta el monte del destino pero es allí donde se tiene que llevar el anillo Único.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por tu comentario. Qué ilusión recibir la visita de un cromosoma XY con tantas ganas de aportar! Espero verte pronto de nuevo. Espero que disculpéis que el blog esté de baja temporal. Lo echo mucho en falta!!

      Llevas razón, cada anillo es único porque cada princesa es única. Por eso sus anillos, sean visibles o invisibles, son tan especiales. Porque representan un secreto que sólo ellos dos conocen. ¿O acaso alguien que no sean los dos miembros de una pareja conoce de verdad lo que hay entre ellos? Al final, el amor, siempre es secreto.

      Hasta pronto.

      Eliminar
  3. Hola Carol
    A lo largo de la historia el amor hacia la otra persona se ha demostrado de manaras muy diferentes.
    Desde hace muchos años en la cultura occidental el hombre ha regalado un anillo como muestra de compromiso y queramos o no se ha convertido en una costumbre tan arraigada que en ocasiones no nos damos cuenta que hay muchas otras formas de demostrarlo.
    ¿No crees que un anillo tiene más la función de dar a conocer a la sociedad tu compromiso con la otra persona y no tanto el de que la otra persona te demuestre que te quiere?
    Hay unos libros muy bonitos que se titulan “Amor es …” de Kim Kasali. Son preciosos y te demuestran más de mil maneras de demostrar tu amor hacia la otra persona.
    Sabes, a mi me para muy bien que alguien quiera llevar un anillo, demuestra que quieres mucho a alguien y quieres darlo a conocer a todo el mundo, pero no llevarlo no significa para nada todo lo contrario. El querer compartir vuestro tiempo, el formar una familia juntos, ver su programa favorito aunque tú lo detestes son muestras de sobras de amor y compromiso de el uno hacia el otro.
    Un besito!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por dejar tu comentatario, Maite. Los comentarios son lo que mantienen vivo este blog (aunque ahora esté de baja laboral por enfermedad tecnológica), y me dais una alegría cada vez que dejáis uno.

      Estoy de acuerdo contigo, los anillos en su mayopría muestran a la sociedad el compromiso. A mi no me van mucho las imposiciones sociales por lo que, una vez más, creo que hay anillos invisibles que no se rompen nunca, lazos de amor que se funden el uno con el otro y que, si se miman a diario, pueden durar toda una vida y más. Ayer escuché una frase que se adapta muy bien a este tema: "nunca hay que dar nada por sentado". En el amor más aún.
      Un beso

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...