No puedo evitar mirar a las mujeres que pintan sus labios de naranja. Desde el año pasado se puso de moda pero siempre me pareció una de esas tendencias difíciles de incorporar. Sin embargo, no sólo se ven en las revistas de moda, en la calle ya me he cruzado con un buen puñado de atrevidas que los lucen. Un denominador común después de un tiempo de observación: todas son alegres, ríen y sonríen mucho muchísimo. Eso sí, donde termina la sonrisa, empieza una mirada seductora e imperturbable, nada fría sino igual de naranja, o diría incluso tal vez roja.
P.D: cómo aplicarlo bien y bien bien bien.
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