Hace dos fines de semana, Teo estuvo malito del estómago. Un virus, dijo el médico. Siempre lo son, al parecer. He descubierto que lo que dicen por ahí- "las enfermedades de los niños son mucho más potentes en los adultos"- es verdad. Pasé el viernes y el sábado en una silenciosa habitación con vistas de hospital para comprobarlo y que me quedara bien claro!! Cuatro botes de suero, un par de medicamentos y de nuevo en casa, menos mal (no me gustan nada los hospitales). Pero hoy, aún estoy más o menos así:
Así que creo que no voy a escribir nada más ahora. Mañana, o puede que pasado, vuelvo. Prometido.
Imagen aquí.
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