Seguro que lo habréis notado últimamente. Y si no lo habéis notado, es que tengo superpoderes que desconocía.
Desde hace unos meses me está costando conciliar más que nunca mi vida laboral con la personal y llegar ya a cumplir con mi compromiso con el blog, al que adoro mimar, es casi como intentar hacer magia (de la buena, de la que hace Mary Poppins). Es curioso porque Teo cree que hago magia, suele decir cosas como "Papi, no fafe falta que laves mi teddy bear (osito), porque ahora viene mami y hace magia y ya está limpio! o "Yayá (abuela), mami hizo magia y un chuche se puso en mi bolsillo" o "Mami, haces magia y nos convertimos en kitties (gatitos)?".
Pero la verdad es que no hago ningún tipo de magia, ojalá supiera cómo eso sí! Ser mamá de un niño pequeño y trabajar como freelance a veces es muy complicado. El no tener que ir a una oficina y trabajar desde casa es genial, luché durante años para poder vivir así pero, a diferencia de lo que muchos creen, trabajar desde casa no significa estar todo el día en pijama y tener un montón de tiempo libre, sino más bien tener que desarrollar sí o sí la voluntad férrea de no quedarte en pijama, arreglarte como si fueras a salir de casa y tener la disciplina de cumplir un horario y los compromisos diarios con los clientes. Además, el tiempo libre es más reducido porque cuando trabajas para ti, todo el tiempo es poco (las cuotas de autónomos no son nada económicas). Y añadir que antes de ponerte a trabajar, quieres ver la casa medio ordenada como la cama hecha, los platos del desayuno limpios, etc, porque si no, trabajas en medio de una jungla.
Siendo madre, cuidar de Teo es la prioridad máxima por lo que, en mi caso, durante dos años y tres meses, trabajé mientras él dormía (si, aún no me he recuperado de esa falta de sueño y cansancio). Desde entonces, va a una guardería todos los días sólo por las mañanas. Así que las tardes son completas para dedicarlas a él, jugar, correr y aprender. Y una vez, bañado, cenado y dormido, de vuelta al trabajo.
Nunca he secundado eso de que las mujeres somos súper-mujeres por hacer todo lo que hacemos, pero si cojo un papel y un lápiz y enumero las cosas de las que me ocupo, como la mayoría de las mujeres... wow… asusta. La casa, el peque, la pareja, el trabajo, extras a montones, tratar de tener algo de vida social (algo!) e intentar seguir pareciendo una mujer aseada y cuidada, no es sencillo.
Afortunadamente, lo que me lleva a no tener tiempo es la cantidad de trabajo, y eso es muy buena noticia se mire por donde se mire. Pero me estoy volviendo un poco loquita queriendo hacerlo todo y no puedo seguir así. Por eso, estoy trazando un plan y buscando soluciones, que pasan por ampliar equipo -está claro- y algo más.
Voy a tomarme dos semanitas con el blog en off para poder organizarlo todo y volver con la tarea hecha. Espero que volváis entonces a visitarme. Sin vosotros, este blog no tiene sentido. Muchísimas gracias por comprender.
Os echaré de menos y tendré mono de blog, seguro. Hasta dentro de dos semanas.
Carol