Esta semana en Magacín hablo de una conversación que medio-cotilleé no hace mucho en un avión. Dos mujeres hablaban en confianza y algunas de las intimidades y confesiones que oí de aquellas voces, no me dejaron indiferente. Un extracto del artículo:
(...) La voz dulce explicó que tras dos años viviendo lejos de la casa de sus padres (por estudios), cada vez que regresaba sentía una mezcla de alegría y estrés, que este último se había ido apoderando del espacio de la otra, y que todo se debía a que no se comportaba con naturalidad, no era ella misma, que la niña que mamá y papá conocían había ido desapareciendo gradualmente para convertirse en una mujer con inquietudes en cuanto al futuro, los objetivos, el amor, su aspecto físico y las relaciones personales. Que en compañía de su antiguo entorno, cuando alguien contaba una broma subida de tono, se hacía la despistada como si no lo hubiera oído o no lo hubiese entendido; cuando la trataban de niña como solían, ella seguía el juego y se comportaba como tal; cuando le ofrecían su plato favorito era incapaz de decir “no” y que aquellas supuestas delicias ni se parecían a lo que le gustaba de verdad ahora… Y dio más datos, cada vez más concretos. (...)
Si os apetece leer el resto, podéis verlo aquí. Y si no os apetece leer más, a lo mejor sí ver la viñeta que dibujé para ilustrarlo ;) Gracias por vuestro apoyo ♥
Foto vía Alyson.
No hay comentarios:
Publicar un comentario